24 marzo 2015


"Tengo la sensación de que siempre es tarde para todo. Estoy escuchando a los barricada. Creo que iré a verlos. Pero vamos, como ya nos conocemos, basta que me lo haya planteado para tener la seguridad absoluta de que no iré al final. (...) Son las 17.05. Parece mentira como se trastoca todo. No tengo ni una puta obligación (ni siquiera ética), no tengo ningún quehacer, y si hago algo lo hago cuando me da la gana o, finalmente, no lo hago. Vamos, que el tiempo ya no es para mi algo concreto, sino un hecho meramente abstracto. Todo el mundo va de aquí para allá a cuestas con el reloj, mientras que yo voy de aquí para allá a cuestas con la-ausencia-de-tiempo. Ahora las 17.11. Y, sin embargo, sigo teniendo la sensación de que siempre es tarde para todo."
Chusé Izuel

22 marzo 2015


a Chusé.
acabo de llegar al bar donde trabajaba tu compañero de piso. he venido porque necesitaba hablar contigo. pero ya te has ido. le he preguntado a una camarera por ti y con acento argentino me ha dicho que desde el noventa y dos no te ha visto por aquí. me ha enseñado una caja amarilla llena de piezas de ajedrez. como un tesoro que se les descubre a todo los peregrinos que mencionan tu nombre. me he sentando sola en una mesa. (¿qué preferías beber tú?) me he pedido un café. muchas veces pienso en la relación que tiene el café con el verbo esperar. no sé cómo encontrarte (como si encontrar fuese un sinónimo de búsqueda) te estoy escribiendo bebiendo lentamente porque me gusta notar como se va enfriando el café, porque me gusta notar como pasa el tiempo sobre lo que me rodea. ¿que qué te tenía que decir? sabes que cuando leí tu cuento (¿por qué les llamas cuentos?) "desaciertos" tuve que levantarme de la cama por si las habías ensuciado de sangre. qué absurdo. sabes, me está costando seguir leyendo "amarillo". me está doliendo. sobre todo tus cartas. tus cartas en minúsculas. tus cartas en las que no sales de casa, ¿para qué?. en las que quieres mojarte bajo la lluvia. (¿la habrías matado?¿cuántas veces lo pensaste?). me he imaginado como sería tu habitación. tu cama (eran sábanas verdes, ¿verdad?). nos he imaginado follándonos. follándonos la noche del 26 al 27. podría haberme pasado horas escuchándote hablar sobre tus ideas del suicidio. podría haberte acariciado el pelo mientras leías "la conjura de los necios". sabes, a mi no me gusta la tortilla pero la hubiese comido por ti. joder, me hubiese gustado conocerte. me hubiese gustado ser la otra. me hubiese gustado odiarte por ello. dicen "que el tiempo que tardas en recuperarte de una ruptura es exactamente la mitad del tiempo que dura la relación" pero yo creo que para las personas tristes tiene que ser diferente. el doble. o más. ayer bebí brindando todas las veces por ti. y bailé por ti. y reí por ti. (¿dónde cojones te habías metido? te estaba echando de menos). creo que mejor vuelvo mañana, al bar, a la misma mesa y así te digo lo que te tenía que decir. (menos mal que ya estás aquí). mañana aquí como solución. aunque no como la mejor de las soluciones.

10 marzo 2015


Puede que me equivoque, pero existe un momento en la vida, sólo un momento, en que somos conscientes de que somos genios o enamorados. La cuestión es sencilla, ridícula. O una cosa u otra, imposible ambas. Y cuando ese momento llega tenemos la vaga certeza de que arrastraremos nuestra carga, sea la que fuere, hasta el final de los días. Yo superé ya el momento. Sé que nunca alcanzaré las cimas de la genialidad y, lo más abrumador, acongojante aun, sé que el momento del amor se escurrió entre mis dedos para siempre. Así, ni tengo nada ni espero nada. Chusé Izuel

08 marzo 2015


Eva, en mis calles los gatos no están sucios de color marrón y verde como en las tuyas. tierra. Eva, en mis calles los gatos no están sucios de olor marrón y verde. hierba. Eva, cuando veo los gatos en mi calle lloro: sucios color negro. humanidad. olor negro. humanidad.

05 marzo 2015



Mi resumen de "Los estómagos" de Luna Miguel.

Me pregunto cuántos estómagos hacen falta para vencer el hambre.

Todo está entre el pecho y la vagina. Todo lo importante.

La mascota soy yo. La mascota se saca de paseo a sí misma en un acto de tranquila rebeldía.

Conocemos poco las cosas sencillas, pensé. Nada nos importa hasta que duele.

La tristeza ya no es bonita.

Carezco de vocabulario para temerte.

[...] la palabra caricia y la palabra fiesta eran sinónimos en todos los diccionarios [...]

Ya no buscamos diamantes, deseamos longevidad.

Tú quieres decirlo: sobrevivir cansa.

[...] cómo se llama el matadero de las flores [...]

Qué tú deposites dentro todo el dolor.

Todo viene del estiércol. Comer ya no alimenta. Apenas sacia. 

Nos obligaron a nombrar planetas. A señalarlos de memoria en el esquema ondulado del sistema solar. Sabíamos planetas y sabíamos órganos. Una vez nos olvidamos de Júpiter. Otra vez nos olvidamos del páncreas.

Sé que somos humanos porque nos sigue emocionando el despegue.

Soñar es como alimentar a las palomas: no recibimos nada a cambio salvo su fealdad. 

Hay tantos lugares en los que crecer.

Ahora enséñame tú a ser mansa, y yo te contaré por qué los hombres os matan. 

Has llorado ¿cuánto queda?