11 junio 2014


te escribo porque me estoy muriendo.
todos estamos muriendo pero yo lo hago más rápido.
mi edad es menor si empezamos a contar desde lo que nos queda.
te escribo y te digo que me estoy muriendo
y que tú lo estás haciendo, pero diferente.
soy una mujer
soy paciente con la muerte
soy paciente de hospital.
no tengo miedo por lo que no necesito que sientas pena.
tú también te estás muriendo, pero diferente.
ya lo sabía, bueno, todos lo sabemos
pero yo lo haré antes.
tengo menos incertidumbre
más ventaja
menos vida.
tengo dos enfermedades.
la primera siempre ha estado desde que fui germen.
con el paso de los años se hace más fuerte porque yo me hago más débil.
pierdo movilidad, me siento inútil, porque en ese momento es lo que soy.
va a poder conmigo.
luchar sería elevar la desesperación.
vendrá a por mí en una cama.
y si me quieren, si alguien me quiere en ese momento esa cama no será blanca.
la segunda.
estoy enferma de un concepto que creé hace unos años que me consume.
no sé si vivo o espero.
a veces no encuentro la diferencia entre esperar y encontrar.
¿será la exposición al riesgo? necesito inestabilidad para vivir.
la primera no tiene solución.
de la segunda siempre te he culpado.
no tuve razón puesto que tú también te estás muriendo, pero diferente.
ahora sé que si no me expongo a lo incierto no es por falta de tu mano,
es por falta de valentía.
es por vivir como creen que soy, no como soy.
me estoy muriendo buscando un sentido a la vida diferente.
me odio un poquito todos los días, me odiaría hasta no poder más
si cayese en lo que esperan.
me salvan los momentos en los que me falta el aire.
no sobrevaloro respirar, ni el amor romántico.
me salvan los momentos de complicidad.
me estoy muriendo y me pienso y pienso.
soy una mujer triste que dejó de sentir hambre
por tener el corazón demasiado hinchado para sentir otra cosa
el esófago ahogado no deja al estómago palabra.
estoy enferma de mi misma porque soy enfermedad.

1 comentario :

  1. desde que leí esto, tengo que confesarte que lo he leído todos los días, como una adicción, no se explicarte porque, solo se que a Ana la pude leer de seguido y a ti hay un limite de textos por día, por eso aun no he terminado. Ahora ya sabes que siempre empiezo por este

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