11 noviembre 2011

no soy despampanante, ni mi pelo es suave y sedoso. no me importa mi peso, ni el dinero que llevo en los bolsillos. cuando camino por las calles suelo mirar al cielo, me hace sentir libre, libre por la inmensidad que me rodea. nunca he soñado que me casaba, pero si con un abrazo que me dejaba sin respiración. quiero una cámara nueva, pero no la quiero tanto. tengo libros, libros, me encantan mis libros. pienso que odio a los humanos y que amo a los animales. tengo la manía de clasificar a las personas, las que no consigo embolsar son las que me descolocan. no me gusta el verano pero si la playa. un día puedo ser la persona más feliz del mundo y al siguiente la más triste, todavía no he conseguido tener claro el por qué. no entiendo la superficialidad, ¿no sabe que la piel se arruga? viajaré a Berlín, Viena, La Toscana, Tokio, Nueva York, Pekín… aunque tenga que borrar la idea de familia de mi cabeza. mi día perfecto sería entre lluvia húmeda, incienso y lasaña de espinacas. usaría el resto de mis días zapatillas converse, incluido el día de la boda de mi hermana. no me avergüenza querer, me gusta amar. ando despeinada por casa, no tengo ningún problema en pasar días sin quitarme el pijama. no tengo claro que primera impresión se tiene de mi, menos claro la que permanece. podría contar mis sueños con los de dedos de una mano. en ocasiones necesito aislarme, estar sola, sentirme sola. no tengo mucho que ofrecer, pero no me importa.

yo

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